¡Saludos, Gameadores! ¿Se
nos acaban las vacaciones y tenemos mal humor y ganas de guerra? No os
preocupéis; tenemos el juego perfecto para la ocasión. Podréis desfogar
batallando en una guerra entre dioses griegos en este juego de Matthias Cramer (autor
de éxitos como Glen More, Lancaster o Rokoko) que nos trae Maldito Games y que
hoy reseñamos: Batalla por el Olimpo.
Agradecemos a Maldito Games
por hacer posible esta reseña.
Ficha técnica:
Autor: Matthias Cramer
Editorial: Maldito Games
Número de jugadores: 2
Tiempo de juego: Aprox. 30 minutos
Edad recomendada: A partir de 12 años
Año de publicación: 2016
Temática:
“Se ha desatado
la guerra en el Olimpo y algunos dioses luchan entre ellos mientras otros lo
abandonan. Es tu oportunidad para hacerte con un trono en el nuevo concilio de
los dioses.”. Así reza en la
introducción al reglamento. Pero ya sabéis que los Dioses griegos eran como son
ahora los políticos: lo de mancharse las manos no les gustaba en demasía. Que
si hay que ir, se va… pero si pueden mandar a otros en su lugar, mejor.
Así pues, en este Batalla por el Olimpo, cada uno de
los dos jugadores se pondrá al mando de un gran plantel de héroes y soldados
para tratar de derrotar al contrario. Menuda batalla…¡por Tutatis! Digo… ¡Por Zeus!
Contenido y
diseño gráfico:
Dentro de una caja cuadrada de pequeño tamaño, similar
a la de otros juegos para dos jugadores como Exploradores o el más reciente
Patchwork (también editado por Maldito Games), nos encontramos con el siguiente
contenido:
· 99 cartas (60 de héroe, 24 de soldado, 12 de equipo, 2
de resumen y 1 en blanco)
· 1 tablero de juego
· 4 marcadores de madera
· 1 contador de puntos de madera
· 20 fichas de herida (de madera)
En cuanto al diseño gráfico, cabe destacar el buen
trabajo realizado por Javier González Cava con las ilustraciones. Por ejemplo,
cada carta de héroe es única y está perfectamente documentada, representado al
héroe en cuestión con sus atributos. Los amantes de la mitología griega sin
duda disfrutarán pasando cartas. Otro detalle que cabe destacar es, además de
la ilustración del tablero de juego, la que adorna la parte trasera del
tablero, detalle que es de agradecer en estos tiempos lúdicos en los que aún
aparecen algunos tableros ¡blancos! por detrás… Como decimos, no es el caso y,
aunque la parte trasera del tablero no se utilice, la ilustración mola y
siempre la observarás al sacar el juego.
Objetivo del
juego:
El objetivo del juego es aniquilar al contrario. Vale,
muy pacífico no es el juego, pero… ¿qué esperabais tras conocer el título? Nos ponemos
en la piel de algún Dios del Olimpo y trataremos de machacar al Dios o Diosa
que tengamos enfrente. Veamos cómo.
Mecánica:
Batalla por el Olimpo es un juego
de cartas con una mecánica fundamentalmente de gestión de mano. Se trata de un juego
muy táctico, con cierto azar que para nada es determinante.
Todo en este juego se hace con
cartas. Existen cartas de héroes, de soldados y de equipo. Cada carta tiene
asignado un color, y también pueden ser multicolor (comodín). Cada carta tiene
un coste asignado. Para ser bajada, deberemos descartar de nuestra mano ese
coste. Por ejemplo, a la izquierda en la carta de Meleagro aparece un símbolo
en azul y otro en verde. Esto quiere decir que para poder jugar la carta
deberemos descartarnos de una carta azul y otra verde (o multicolor). Hay
cartas más potentes (y más caras) y otras menos potentes (y más baratas). Todas
son buenas si se juegan en el momento oportuno.
Cada carta de Héroe o de Soldado
tiene un valor de ataque y un valor de vida, y algunas tienen alguna habilidad
especial. Veamos cómo son estos tres tipos de cartas:
Las cartas de Héroes: son las más potentes en general. Claro, para eso
son héroes. Y también hay diferencias entre ellos. Hay héroes y héroes. No es
lo mismo jugar al todopoderoso Hércules que al citado Meleagro, que sí, que
también fue un héroe el chaval, pero es que Hércules… Eso sí, para bajar a un
Héroe de los gordos prepara un buen surtido de cartas. Por ejemplo, para bajar
a Hércules debemos pagar 2 cartas amarillas, una roja, una azul y una verde.
¿Os creíais que iba a repartir mamporros gratis?
Las cartas de Soldados: De cada una de ellas hay dos copias (dos Fenicios,
dos Argonautas, dos Mirmidores, etc.). En general son menos potentes que los
Héroes y también menos costosas. Lo de enviar a combatir soldaditos rasos en
lugar de héroes tiene sus ventajas y sus inconvenientes, como todo…
Cartas de equipo: Se trata de
cascos, espadas y escudos. A cada carta de héroe o soldado podemos equiparla
con una carta de equipo. Estas cartas sirven para incrementar el valor de
ataque y/o vida de cada héroe o soldado, a quienes solamente podremos equipar
con un equipo.
Y vamos al meollo de la cuestión:
¿cómo se juega?
El orden de juego es muy sencillo.
En cada turno, un jugador puede realizar 3 acciones:
1. Jugar cartas de su mano. Como hemos indicado, para ello deberá pagar
(descartar) las cartas correspondientes de su mano. A cada lado del tablero hay
6 espacios donde puede bajarse una carta, repartidos en 3 enclaves de la
Antigua Grecia: Troya (1 espacio), Delfos (2 espacios) y el Monte Olimpo (3
espacios).
2. Atacar. Una vez bajadas las
cartas deseadas, se realiza un ataque. Puede ocurrir que nuestra carta tenga
enfrente otra carta del otro jugador o que el espacio de enfrente esté vacío. Para
atacar, nuestra carta debe tener un valor de ataque de al menos 1 punto.
Si existe una carta enfrentada, le
infligiremos un daño equivalente al valor de ataque de nuestro héroe o soldado.
Esto se indicará con los marcadores de herida morados. Es decir, si yo ataco
con Casandra (valor de ataque 1) le causaré una herida a la unidad enfrentada.
Si Casandra lleva un escudo equipado que le incremente el valor de ataque en 1,
entonces producirá 2 daños en su enemigo. Y cuando una carta sufre tantas
heridas como muestre su valor de vida, deberá ser descartada.
¡Ojo! Que se pueden producir
combates muy interesantes y extraños, como ver a Telémaco luchando contra
Ulises (“yo soy tu padre”), o a Aquiles contra Patroclo. ¡Estos Dioses tienen
unas cosas…!
Esto ocurre cuando una carta tiene
a una enfrentada al otro lado del tablero. Si no es así, es decir, si enfrente
el espacio está vacío, entonces conseguimos un bonus de área. Estos son: en
Troya, robar una carta; en Delfos, coger un marcador de color que podremos usar
para pagar al bajar una carta; y en el Monte Olimpo, adelantar un punto de
victoria hacia nuestro lado.
3. Robar cartas. Por último, el
jugador en turno robará dos cartas y se pasa al siguiente jugador.
El juego termina cuando:
-
Un jugador tiene
todos los espacios cubiertos al inicio de su turno (gana la partida).
-
Un jugador ha
llegado a 7 puntos en el Monte Olimpo (gana la partida).
-
Se terminan las
cartas del mazo de robo (el más adelantado en el marcador del Olimpo será el
vencedor).
Conclusión:
Batalla por el Olimpo es un juego
relativamente sencillo de jugar y muy táctico. Es un juego de no mucha duración
(una media hora) pero en el desarrollo de una partida se pueden ir produciendo
cambios en cuanto a quién lleva la iniciativa. Nos recuerda un poco a un
combate de boxeo. A veces estamos contra las cuerdas y en un par de rondas
pasamos a liderar el combate. Dependerá un poco de las cartas que nos vayan
saliendo y, sobre todo, de cómo las vayamos gestionando.
Conclusión final:
Es
cierto que no es nuevo esto de que todo se haga mediante las cartas: las
acciones, el pago, etc. (véanse otros juegos ya existentes como San Juan). Sin
embargo, sí que Mathias Cramer le da un cierto aire novedoso que hace a este
juego diferente y atractivo (al menos para nosotros).
Hay
que conocerse las cartas para saber qué héroes nos pueden interesar más al principio
o al final de la partida. Pero esto no es impedimento para disfrutarlo, pues en
dos o tres partidas ya nos los conoceremos. Y os aseguramos que cuando perdáis
vais a pedir revancha. ¡Que Zeus os pille confesados!